EL GALLO DE PASCUA
Es
tradicional cenar por Nochebuena gallo, pavo, cordero. Tres carnes consumidas
casi obligativamente por imperativos religioso-costumbristas entre los pueblos
circummediterráneos desde hace milenios. El cordero priva entre los semitas del
Medio Oriente, ya sean en el ámbito hebraico o musulmán.
En la
cultura griega, el gallo tuvo una significación especial que se transmitió al
cristianismo.
Gallinas o
gallos tienen su origen en la India, y fueron traídos a España hace unos 2.700
años por los comerciantes y colonizadores fenicios, convirtiéndose en animales
domésticos adoptados que no faltaban en ninguna casa, pues apenas producían
gastos en darles de comer (como las palomas), se las apañaban solos en un
régimen de libertad campestre donde siempre encuentran algo que comer. Y en
esto reside e exquisito sabor que adquiere la carne de esto animales y otros. Sabor,
que las nuevas generaciones no conocen exceptuando el jamón.
Para hacer
una buena “pepitoria” de gallo, es necesario que el animal haya alcanzado los
años de maduración de la carne. Punto que es relativo y que depende delo que
haya comido, andado o movido, crisis o stress alimenticio. Si se mueve
libremente en un corral amplio o campo, gasta energías que nos se traducen en
grasas, sino en la reposición energética. Si de vez en cuando sufre escasez de
alimentos (no quiere decir que no se le dé de comer), el metabolismo y
fisiología administra lo comido según unos convenientes mecanismos.
Todo esto va
creando un animal sólido, hecho, natural, a diferencia de los pollos embuchados
de granja y otros animales, estimulados artificialmente a comer y a formar
órganos y carnes desnaturalizadas.
Un gallo de
tres años criado a la antigua, no necesita que se guise haciendo muchas historias.
Solo su carne bien madurada, frita y después cocida, junto los higaditos y sangre
del animal triturados (previamente cocidos), es suficiente para obtener una
sabrosa pepitoria. La harina frita que reboza la carne o que se fríe después,
es esencial, ya que espesa el caldo transmitiendo más intensamente el sabor al paladar.
Las almendras, jerez, coñac, laurel, pimienta, matizan el sabor pero el sabor
profundo le proporciona la receta básica.
DOMINGO IZQUIERDO
A.C.COLECTIVO
DE ARTESANOS Y PINTORES
SESEÑA.2007
EL HUEVO DE PASCUA
En muchos
pueblos de España y mundialmente, los huevos de ave, han sido y son
considerados como algo vital convirtiéndose en objeto de regalo al natural o en
forma de dulce, durante las fiestas de cada lugar en torno al final del Año
Viejo-comienzo del Nuevo-.
Hace miles
de años debieron llamar la atención a los prehistóricos, la maravilla y
misterio que suponía ver como una materia liquida, viscosa, se convertía en un
polluelo de carne, hueso y escasas plumas. La eclosión o salida del polluelo
vivo transmite una alegría inconsciente en quien contempla el fenómeno
“milagroso”. Por tratarse de algo mágico, excepcional, económicamente
valorable, muy pronto fue convertido en objeto vivo mágico y de regalo.
Los huevos
van asociados a las tumbas como símbolo de resurrección. Huevos de avestruz se
han encontrado en las tumbas andaluzas fenicias e indígenas de hace unos
2.700-2.500 años.
En Sonseca,
apareció en una tumba de incineración
dentro de una urna cerámica, varias cascaras de huevo de gallina y semillas de
retama. La urna tiene fecha de hace unos 2.300 años.
DOMINGO IZQUIERDO
A.C.COLECTIVO
DE ARTESANOS Y PINTORES
SESEÑA.2007