LA A.C.C.DE ARTESANOS Y PINTORES DE SESEÑA, se crea en el 2004 acogiendo todas las iniciativas artísticas y artesanas que nos identifique con nuestro pueblo por su riqueza cultural e histórica.
En este blog dedicamos un espacio para ello recogiendo las actividades realizadas en artesanía, pintura y recopilación de nuestro pasado con la ayuda de los vecin@s que colaboran con la asociación para evitar perder nuestras raíces culturales. En cuanto a su contenido, agradecemos a los visitantes que estén interesados en los trabajos realizados por la asociación y quieran hacer difusión de ellos; como también aquellas personas que quieran colaborar, se pongan en contacto con nosotr@s a través del correo electrónico.

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31 de mayo de 2010


EL MISTERIO DE LOS CINCO CEMENTERIOS DE SESEÑA

Hablamos de cinco cementerios que se sitúan en una línea recta que procediendo del oeste, en el término de Borox, se enfila hacia el este. El cementerio número uno, el que se sitúa en el extremo éste, llamado: VALDELAHUESA; el siguiente, hacia el oeste correlativamente o numero dos, el de EL PRADO;  el del EL CALVARIO, el CEMENTERIO ACTUAL  y el de EL CERRO DE LOS SANTOS que hacen los números tres y cuatro y cinco respetivamente.
Valdelahuesa: quiere decir “valle de las fosas”. Fosa de enterramiento, vienen del  latín “fossum o fossa” que evoluciona lingüísticamente a “fuesa”, “huesa”. Aquí, en un rellano al pie del arroyuelo Valdelahuesa contaban algunos campesinos de Borox, que las mulas se comportaban extrañamente y se negaban a pasar, se paraban antes de llegar al cementerio. Es más, se hizo un nuevo camino que lo sorteaba, evitaba.
Los restos arqueológicos que aparecen se fechan en el siglo XII y XIII y coincide con el tipo de algunas tumbas que los mismos vecinos de Borox describen: hechas con cajas de caliza de los cerros de Esquivias.
El cementerio de El Prado, enfrente del Castillo de Puñoenrostro, se sacaron muchos restos humanos al acondicionarse el lugar para instalar un kiosco. Quienes trabajaron aquí, cuentan que en el sector donde se encuentra el  parque lúdico infantil aparecía muchos restos exclusivamente de niños (una coincidencia, la coexistencia en la misma parcela de un sector “dedicado” a los niños).
Una reseña de este cementaerio se remonta al 1856 en la que según una ordenanza parroquial-concejil, los vecinos debían pagar una contribución supletoria para arreglar unas paredes que se caían,  pagaron más las familias pudientes cuyas tumbas siempre se sitúan en primera fila a la entrada.
Este cementerio tiene de extraño separar a los niños de los mayores como si se pretendiera crear un “limbo” o lugar inocente, neutro, sin derecho de gozar del cielo pero tampoco de hundirlos infernalmente en el averno, infierno. Si n embargo, el hecho no es tan extraño. Hubo muchas prácticas variadas discriminatorias: a las prostitutas y a los no fieles cristianos, se les enterraba fuera, marginalmente. No tenían derecho a pudrirse en el cristiano camposanto. Con el tiempo, la iglesia incluyo a todos en el recinto sacro: suicidas, prostitutas, niños no bautizados o que no habían alcanzado el uso de razón.
El siguiente cementerio, en El Calvario, se situaba al pie de la ermita supuestamente bajo la advocación de Cristo, cuestión que no comparto pues dicha ermita fue erigida en voto a San Sebastián cuando se trataba de librar a la población de Seseña de una terrible peste que la redujo casi a un 60% según las estadística de los registros parroquiales de la Sagra.









Otro cementerio hacia el Este, el cuarto, es el cementerio actual. Se fundó antes del 1869 a deducir por una tumba en la que está escrita esta fecha, una tumba excelente de la que omito el nombre del inhumado. En el sector a la izquierda-fondo de la entrada actual, se registran las tumbas con fechas más antiguas. En esta parte, en el lado opuesto a la entrada actual, debió estar la misma, puesto que por debajo, hacia el Arroyo Fuente Seseña, queda la traza de un antiquísimo camino. ¡Camino por el que no querían pasar algunas mulas según me contaban hace pocos años!
Dentro del cementerio hay un pozo tapado. Debe de tener una gran profundidad, pues si se tira una piedra, es increíble el tiempo que se tarda en oír el impacto con el fondo. Dicho fondo, las paredes arruinadas que bordean el camino antiguo, nos llevan a identificar el espacio con un gran corral de ganado anterior al cementerio, llamado “los Canceles”, canceles viene de cancelar, “corral cercado”.
Es interesante tomar nota sobre la gran cantidad de cementerios sacados fuera del espacio de las iglesias a partir de la primera Republica laica, que se instalaron precisamente sobre corrales cercados. Entre el 1856 y el 1864 se debió de producir el traslado del cementerio de El Pardo al cementerio actual.
Por último, quinto cementerio, el de El Cerro de los Santos, se encuentra a continuación, en lo alto de un cerro. Aquí hay un poblado del siglo XIII donde se localizan muchos restos de cerámicas y arranques de muros de viviendas. En este cerro han aparecido tumbas medievales y otras cosas un tanto extrañas. Por ejemplo: ¿Por qué los que buscan con el detector de metales monedas, objetos históricos de metal, encuentran muchas tijeras de corta en el Cerro de los Santos? A raíz de las comunicaciones al respecto peinamos el poblado y, efectivamente, sacamos casquillos de balas de la Guerra Civil española, peines de balas, balines, ¡y cinco tijeras! La tipología, forma de las tijeras no se corresponde exactamente con las del primer tercio del siglo XX. Pero hay otro dato más que no sabemos a qué autor imputárselo: los “botones” de concha anacarada ¡con un solo agujero!
En las trincheras de la Guerra Civil del 36 aparecen botones de concha de molusco marinos con los dos agujerillos correspondientes; en e Cerro de los Santos, ¡solo con una perforación! Según los coleccionistas de objetos de la Guerra Civil del 36, que buscan cosas en las áreas posicionadas (trincheras, comedores, puestos de mando, refugios, dormitorios, almacenes, etc.) no encuentran tijeras.
Hace unos 25-20 años, algunas mujeres de la Boleta (barrio de Seseña) nos contaban, que en el Cerro de los Santos se reunía las aojadoras, es decir, las que curan del mal de ojo. He oído en muchos pueblos la tradición oral sobre la existencia de un lugar concreto donde se “juntaban” las mujeres viejas y jóvenes nocturnamente.
También aquí, ente el cementerio actual y el Cerro de los Santos, las mulas también se sentían sumamente nerviosas, se resistían a proseguir o a desviarse, ¡se atascaban!  De hecho, se desviaron caminos  con la Concentración agraria para eludir los antiguos caminos divagantes o “sospechosos”.
También destacar en este Cerro de los Santos el hecho de que se produzcan violentas ventoleras huracanadas sin una explicación científica que sepamos. Este cerro es famoso, precisamente, por este no corriente fenómeno. Expongo el siguiente caso: de Madrid se trajo un  nuevo Cristo para la iglesia de Seseña a lomos de una mula. Se desvió por el camino de Ciempozuelos para conectar con Seseña. Al llegar a la altura del Cerro de los Santos, se levanto una ventolera repentina traumática que fue salvada con el apoyo de los que estaban faenando en las proximidades. También, cuando se instalo la antena de Raido de Seseña en dicho Cerro con el objeto de ampliar su alcance, una ventolera inaudita la arranco de cuajo a pesar de los tiros que la sujetaban.
Sintetizando: creo que no hay magias pero si recuerdos de las magias. Fue norma histórica transportar los ataúdes a lomos de las mulas por aquella creencia de que las mulas son seres híbridos, que nos e reproducen pos sí mimo, por la creencia de la neutralidad sexual, inaplicable al destino tras la muerte. Lo curioso está en que son las mulas las que más olfato desarrolla en cuestiones fuera de lo corriente, ¿¿??.

Amigos de la Historia de Seseña
Domingo Izquierdo.
ARTICULO RECOGIDO  DEL PERIODICO AMANECER DE SESEÑA. Pag.20.Num.95.2008

SESEÑA, PREHISTORIA E HISTORIA EN TORNO A LOS RIOS







Desde hace unos 150.000 años hasta hoy día en el mismo Seseña  y  su término merodearon o se establecieron grupos humanos con mayor o menor número de individuos.
A lo largo del Arroyo de la Fuente en Seseña, se localizan útiles de piedra del paleolítico.
Por dicho arroyo y en conexión con el Tajo y Jarama transitaron animales que fueron cazados en lugares estratégicos, charcas, estrechamientos de accesos, etc. Así se desprende de la frecuencia puntual de útiles para el descarnado que se localizan en el Caño.
Por situarse Seseña en un enclave vial trazado por diversos ríos confluyentes, ensayó y conoció prontamente los cembos tecno-económicos del periodo Neolítico y Edad de Bronce. Seseña, Ciempozuelos y Titulcia ofrecen un panorama arqueológico muy abundante, con una antigüedad de 4.000 años incluyendo la cultura simbólica del “Vaso campaniforme”.
Desde los inicios de la Edad de Hierro (hace unos 2.700 años) recalcan en esta zona modas culturales nuevas reveladas en las formas y decoraciones de las cerámicas. Estas corrientes procedían del  Ebro y suroeste de España con diversos impulsos intermitentes directos o difusos.








Con la presencia romana se crean numerosas vicus (aldeas) y villas en las vegas del Tajo, Tajuña y Jarama. Destaca el fuerte conglomerado de restos arqueológicos romanos en la confluencia Tajo-Jarama.
En el Quinto (Seseña) se localiza una Villa romana con presumibles tumbas y estructuras religiosas paleocristianas.
Por esta zona pasaba la calzada romana Mérida-Toledo-Titulcia-Zaragoza, cruzándose, aquí mismo, con otra procedente de la Mancha en dirección Miacum, Coca y Salamanca, es pues, lógico que a lo largo de estas principales calzadas se ubiquen villas y mansiones de repostaje y descaso. Villas por el valor agrícola-ganadero de las tierras de vega y por situarse en los circuitos comerciales de  abastecimiento a los principales núcleos urbanos o semiurbanos romanos.
Con los mismos criterios metodológicos se pueden interpretar  las circunstancias sociales, policías y económicas de la Edad media.
Numerosas Torres y Castillos ofensivos-defensivos ribereños se construyen en esta zona con efervescencia especial durante la reconquista cristiana.
El Castillo Puñoenrosto, en Seseña, no fue construido por la misma motivación. Fue entregado por el Rey Enrique IV a su Condestable o General Militar, Diego Arias Dávila, por lo que se le podría datar entorno al 1450.
Interesante es el despoblado medieval de “los Casares”, próximo al Castillo de Puñoenrostro, por las viviendas y bodegas subterráneas que tiene y por ser el procedente de las galerías-bodegas subterráneas que a partir de 1500 se harían luego en el núcleo urbano de Seseña actual.









Por último, decir que el nombre de Seseña viene del árabe “al-sakia” , ”aceña” que quiere decir acequia o molino harinero inmerso en un río.

Domingo Izquierdo
REPORTAJE RECOGIDO EN EL FOLLETO
“Seseña, historia milenaria por escribir”.
Ayuntamiento de Seseña. Pág. 8-9.2004

27 de mayo de 2010


TESTIMONIOS ARQUEOLOGICOS EN SESEÑA
INSTRUMENTOS ANTIGUOS DE ESCRITURA

Puesto que estamos en la temporada inicial escolar, vamos a dar alumnos datos históricos de la localidad de Seseña relacionados con la antigüedad
escolar.
Dichos datos se obtuvieron en una villa romana de hace unos 2000 años. Se encuentra en la Vega de Seseña, al lado de la finca de Palomo Linares. Se trata, en concreto, de un punzón de hueso y e una varilla de unos 15 centímetros y sección cuadrada de 1 cms.  Estas varillas- espátulas servían para extender cera teñida con algún colorante sobre una tabula del tamaño de un folio. Con el punzón o stylo los niños trazaban las letras y escritos por aprender. Dichos grabados eran perfectamente visible al contrastar al cera coloreada con el fondo claro de la tabula. Para borra el encerado e inicial otras prácticas (letras, dibujos, escritos, etc.) se pasaban la varilla- espátula por la capa de cera quedando cubiertos los trazos.
Nos han quedado palabras encerado con la que se nombra a la pizarra. Tiene su origen lingüístico en lo que se está exponiendo.
Las tabulas tenían unas perforaciones para unirlas con unas correíllas  y formasen un encuadernado. Se transportaban en un portalibros hecho con dos tablas articuladas con correas, como las que usamos hace unos 60 años.
Aparte de estos datos arqueológicos que se relacionan con los implementos usados por los niños escolares de la época romana, hay que destacar que en Villa romana de Seseña, en el lugar llamado “El Quinto”, debieron  de vivir niños de una familia pudiente, pues eran muy pocos los niños con acceso a la enseñanza. Deducimos por lógica que dichos niños fueron los hijos de los dueños de la villa cuya mansión o domus conserva cimientos y pisos prestigiosos, decorados con “opus teseleatum” o piedrecitas e colores de la Villa romana de Carranque.
Los maestros de los niños eran fundamentalmente de origen griego, trasladados por las legiones militares romanas tras conquistar Grecia y someter a sus pobladores. La enseñanza en Grecia partía del Estado, de ahí que la mayoría libre de los ciudadanos griegos conocieran como mínimo los instrumentos básicos de la lectura, escritura, cálculo.

En la villa del Quinto de Seseña se pueden encontrar trozos de cerámicas con letras grabadas con un punzón duro. Las letras pertenecen al alfabeto romano, y otras, al griego. Un dato que apoya la presencia de griegos en calidad de pedagogos o maestro, en realidad, el termino pedagogo viene a significa “el que lleva al niño a la escuela”.
Un aficionado buscador con el detector de metales encontró un verdadero stylo de bronce o pluma estilográfica usada por los adultos romanos para escribir cartas, rollos o libro de cuentas económicas, salvoconductos, etc. Su palabra: pluma, plumilla, viene de las plumas de aves utilizadas para escribir. Las personas mayores recordaran esto. El que abajo firma, recuerda escribir de niño con plumas de pavo, las mejores.
Un grupo de aficionados a las cuestiones locales de la Guerra Civil española, encontró en el Majuelo (Seseña), con la ayuda del detector de metales, un canuto de cobre en muy buen estado, dos plumas de pavo, tres tinteros de vidrio, dos tijeras, botones de nácar (extrañamente con un solo agujero), dos cartas a la familia. Al lado, una careta antigua dentro de un estuche. ¡Tolo en perfecto estado, incólume!
Es muy amplio el campo pendiente de estudio e interpretación pues, los pequeños instrumentos inventados destinados a las manifestaciones graficas revelan, sin lugar a dudas, el estado socioeconómico y técnico de un pueblo que identificamos con una cultura.



Domingo Izquierdo
ARTICULO RECOGIDO DEL PERIODICO EL AMANECER DE SESEÑA. PAG.20.septiembre 2008

EXPLOTACION DE LA SAL EN SESEÑA DESDE LA PREHISTORIA
EL VALOR CULTURAL, ARQUEOLOGICO E HISTORICO DE LAS SALINAS ESPARTINAS ES MUY RELEVANTE.


Desde hace unos 4.000 años se sabe con seguridad que las aguas salinas de los diversos manantiales de los barrancos, cárcavas de Seseña, fueron secadas en cubetas o albercas para acumular y obtener sal.
Incluso se sospecha que hace unos 3.500-3.800 años en las Salinas Espartinas que se encuentran al final de Valle Chico-Valle Grande, se desecó el agua salina calentándola en barreños de cerámica acelerando no solo la evaporación del agua sino, también, para lograr la separación de la sal comestible de la thenardita, especie de sosa débil (sulfato calcito) utilizada en la limpieza de la ropa, lana virgen.













Junto a la boca de la mina por donde sale la sal, hay un cerro artificial que se formo con los restos de cerámica, cenizas, estructuras de arcilla que formaban parte de los procesos de obtención de la sal gema.
En el año 1945 se obtenían 15 vagonetas de thenarditas por 35 de sal gema.
El valor cultural arqueológico e histórico de las Salinas Espartinas se muy relevante ya que se pueden contar con los dedos de la mano caso europeos donde se aplicar la técnica del calentado para separar la sal de la thenardita.
Amigos de la Historia de Seseña han realizado varias visitas a las Salinas Espartinas y a otras salinillas de Seseña y Aranjuez: las Salinillas, Salinas de Castrejón, Salinas de Valdelascasas y Alijares, está en el término de Aranjuez. En documentos escritos del siglo XIII se cita las salinas Bechares que creemos que se corresponden con las Salinillas, cerca de la Cuesta de la Reina y el pie de los Cerros. En estas salinas, se puede apreciar junto a la boca de la mina, una gran cantidad de fragmentos de cerámica de los siglos XIII, XIV, XV, destacando los cantaros en donde se envasaría la sal.
Las cerámicas rotas de los cacharros utilizados en la manipulación de la sal que se encuentran al pie de los manantiales salinosos nos enseñan muchas cosas, como en que tiempos, momentos se recogió sal, con que intensidad, que recipientes se empleaban, etc.
Encontramos unas constantes coincidencias en todas las salinillas prácticamente. En todas ellas se registran cerámicas de la Edad del Bronce Pleno (hace unos 3.500 años), de la edad del Hierro II (unos 2.400-2.200 años) y de la Edad Media. En algunas salinillas también se recoge tímidamente cerámicas de la época romana.
De otros tiempos faltan restos de cerámica, sugiriendo que no siempre han manado las aguas salinosas debido a cuestiones climáticas secas. Esta constatado que durante el Bronce Pleno y Edad Media hubo periodos lluviosos. Hoy día apenas arrojan agua las salinillas.
Tiene un significado especial, los importantes poblados del Bronce Pleno situados en unos centenares de metros de las salinas, dado su carácter defensivo y los materiales arqueológicos que en ellos se encuentra aparte de otros aspectos muy interesantes. El carácter defensivo se muestra por encontrase en un espolón o final de las mesetas de los cerros, o en cerros cortados artificiales que le hace más difícil el acceso a posibles asaltantes.

Otros poblados de la Edad del Bronce Medio que no están relacionados con salinillas, se encuentran en los llanos y no hay pruebas de que tuvieran ninguna solución defensiva, de los que se deduce, que a los estractores de la sal les preocupaba defenderla. Pero no solo la defensa de la sal, posiblemente otro bien producido, como las pieles curtidas en notables cantidades. Para esta conclusión basamos en los abundantes “dientes de hoz” o “peines” hechos en piedra de pedernal (algunos de ellos miden 5x5 centímetros), y en los abundantes raspadores de piedras.
Los raspadores servirían para limpiar las pieles de grasas y colágenos que las evitan las elasticidad, suavidad. A los “peines” de pedernal les interpretamos como cardadores de la lana a la que había que peinar, desenredar antes de formar las madejas de hilos.
Dichos peines tiene unos dientes muy gruesos y extremadamente suaves que les hace aptos solo para la tarea del peinado.
La sal, pieles curtidas, producción de tejidos, pudieron ser los bienes obtenidos en tales cantidades que pudieran despertar el recelo de los convecinos. Damos por hecho que en el entorno de Seseña, coexistieron grupos de distintas etnias ya que los restos arqueológicos muestran diferencias entre los instalados en los cerros con señales defensivas y los que vivían en las llanuras de la vega del Jarama y en el interior de la meseta de Seseña.
Cerámicas decoradas con impresiones o marcas de dedos en los bordes, las marcas de esterillas de esparto que actuaron como recipientes-molde para confeccionar vasijas, cardadores y raspadores, se asocia casi exclusivamente con los “poblados a la defensiva” situados junto a las salinillas.
Hay otro dato que diferencia a unas etnias y otra. Se trata del tamaño de los huesos de los animales consumidos reducidos a los ovinos para los grupúsculos de los cerros; los de las llanuras incorporaron más cerdos en su ganadería. Apreciamos un ligero mayor tamaño en los primeros; pero esta cuestión debe de ratificarse estadísticamente disponiendo de importantes cantidades de restos óseos de unos grupos y otros.
Es sabido que la sal proporcionada a las ovejas, las estimula a comer más mejorando su crecimiento incluido el del vellón o lana de pelo largo. La sal tal como sale de los manantiales no es apta para el consumo humano y animal si no se separa previamente los dos componentes principales citados. Operación que dominarían los “salineros” instalados previamente en los cerros “cortados”, espolones amurallados.
Todos estos testimonios argumentan la importancia histórico-económica que tuvieron las salinas para nuestro pueblo y explica el que ocupen un lugar destacado en nuestro escudo.

Amigos de la Historia de Seseña
Domingo Izquierdo.

ARTICULO RECOGIDO EN EL PERIODICO AMANECER DE SESEÑA. PAG.19. AÑ0 X. Num 100. 2009

EXCURSION A LAS SALINAS ESPARTINAS