SESEÑA, PREHISTORIA E HISTORIA EN TORNO A LOS RIOS
Desde hace unos 150.000 años hasta hoy día en el mismo
Seseña y su término merodearon o se establecieron
grupos humanos con mayor o menor número de individuos.
A lo largo del Arroyo de la Fuente en Seseña, se localizan
útiles de piedra del paleolítico.
Por dicho arroyo y en conexión con el Tajo y Jarama transitaron
animales que fueron cazados en lugares estratégicos, charcas, estrechamientos
de accesos, etc. Así se desprende de la frecuencia puntual de útiles para el
descarnado que se localizan en el Caño.
Por situarse Seseña en un enclave vial trazado por diversos
ríos confluyentes, ensayó y conoció prontamente los cembos tecno-económicos del
periodo Neolítico y Edad de Bronce. Seseña, Ciempozuelos y Titulcia ofrecen un panorama
arqueológico muy abundante, con una antigüedad de 4.000 años incluyendo la cultura
simbólica del “Vaso campaniforme”.
Desde los inicios de la Edad de Hierro (hace unos 2.700
años) recalcan en esta zona modas culturales nuevas reveladas en las formas y
decoraciones de las cerámicas. Estas corrientes procedían del Ebro y suroeste de España con diversos
impulsos intermitentes directos o difusos.
Con la presencia romana se crean numerosas vicus (aldeas) y
villas en las vegas del Tajo, Tajuña y Jarama. Destaca el fuerte conglomerado
de restos arqueológicos romanos en la confluencia Tajo-Jarama.
En el Quinto (Seseña) se localiza una Villa romana con
presumibles tumbas y estructuras religiosas paleocristianas.
Por esta zona pasaba la calzada romana Mérida-Toledo-Titulcia-Zaragoza,
cruzándose, aquí mismo, con otra procedente de la Mancha en dirección Miacum,
Coca y Salamanca, es pues, lógico que a lo largo de estas principales calzadas
se ubiquen villas y mansiones de repostaje y descaso. Villas por el valor
agrícola-ganadero de las tierras de vega y por situarse en los circuitos comerciales
de abastecimiento a los principales núcleos
urbanos o semiurbanos romanos.
Con los mismos criterios metodológicos se pueden interpretar
las circunstancias sociales, policías y
económicas de la Edad media.
Numerosas Torres y Castillos ofensivos-defensivos ribereños
se construyen en esta zona con efervescencia especial durante la reconquista cristiana.
El Castillo Puñoenrosto, en Seseña, no fue construido por la
misma motivación. Fue entregado por el Rey Enrique IV a su Condestable o
General Militar, Diego Arias Dávila, por lo que se le podría datar entorno al
1450.
Interesante es el despoblado medieval de “los Casares”,
próximo al Castillo de Puñoenrostro, por las viviendas y bodegas subterráneas
que tiene y por ser el procedente de las galerías-bodegas subterráneas que a
partir de 1500 se harían luego en el núcleo urbano de Seseña actual.
Por último, decir que el nombre de Seseña viene del árabe
“al-sakia” , ”aceña” que quiere decir acequia o molino harinero inmerso en un
río.
Domingo Izquierdo
REPORTAJE RECOGIDO EN EL FOLLETO
“Seseña, historia milenaria por
escribir”.
Ayuntamiento de Seseña. Pág. 8-9.2004