“ Buenos días tenga usted, señores lo de esta casa.
Buenos días tenga usted y también felices Pascuas.
Si me da usted el aguinaldo, no me lo des en bellotas,
que estas las alforjas rotas, y no coge más que tortas.
Tortas y bollitos todo lo tomamos
y aunque sea un traguito no lo despreciamos.”
Cuando se recibía, con gratitud se cantaba:
“Que rico aguinaldo que hemos recibido,
que Dios se lo page al recién nacido.”
Y si no recibías nada, con intrepidez se cantaba:
“Estas puertas son de hierro, y los cerrojos de alambre,
vámonos de aquí muchacho que están rabiando de hambre.
Ande, ande, ande la marimorena,
ande ,ande, ande que es la noche buena.”